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   Los cuadros de Ana María Benedetti abordan el espacio pictórico y arquitectónico con una materialidad múltiple: capas y capas de acrílicos, tizas diluidas y carboncillo, que configuran composiciones inspiradas en el equilibrio y la armonía de la naturaleza, que para ella es la geometría perfecta.

 

  Sus pinturas abarcan una diversidad de colores, tonos y matices, a veces más brillantes y saturados, y en otras ocasiones monocromáticos y opacos. En aquel juego y fondo de colores se delinean contornos que aluden a planos arquitectónicos vistos desde arriba: espacios reales o ficticios, quién sabe. En aquellos gestos gráficos marcados por líneas sumamente precisas, se evocan estructuras de ciudad, espacios urbanos, casas, caminos, calles y rutas, entre otras, manteniendo el manejo de lo abstractos. “La arquitectura es un logro del hombre al interiorizarse en lo divino”, señala la artista, reflejando una mirada mística en torno a la creación de espacios habitacionales, y añade: “creo que la naturaleza es lo más perfecto que haya visto, y yo la busco para plasmarla en mi obra”.

 

  A través de las aguadas y veladuras de colores, Ana María segmenta las distintas zonas, estableciendo recorridos y puntos de tensión visual. Las manchas insinúan un universo acuoso y difuminado con distintos grados de profundidad, en donde la línea resulta para adquirir protagonismo. Allí contrasta ante los fondos difusos, marcados por texturas y distintas tonalidades. Es así como finos y sugerentes trazos lineales destacan en la superficie para generar una especie de conectores dentro del campo pictórico. “Estas líneas y los signos son lo que nos llevan a una profunda meditación de la presencia de la naturaleza que está en todo lo que nos rodea”, comentó en una entrevista pasada.

 

  Este tipo de pintura, esencialmente abstracta, colorida, construida por numerosas capas, con procedimientos pictóricos y, a su vez, gráficos es lograda a partir de la experimentación y combinación de técnicas mixtas. Surgió debido a la inquietud de Ana María por investigar y su gusto por diferentes tenencias, que la condujeron a buscar su estilo propio. Para ello, asegura que el orden y la calma son sus aliados, los que obtiene dentro de su taller, ubicado al interior de su misma casa.

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